La felación o fellatio consiste en estimular el pene con la boca, lengua y labios. La destreza en esta caricia puede repres...

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            La felación o fellatio consiste en estimular el pene con la boca, lengua y labios. La destreza en esta caricia puede representar la diferencia entre un simple desahogo y tocar el Cielo. Ahora, ¿cómo hacerlo con la pericia adecuada? Vamos a verlo.


Pasaporte al Paraíso.


                Igual que la semana pasada vimos consejos para llevar a cabo un buen cunnilingus, hoy vamos a ver cómo mejorar nuestra técnica a la hora de hacer una felación o -hablando en plata- una mamada. Como sucedía en el caso anterior, muchas personas (mujeres y hombres) están convencidos de hacerlo de maravilla y creen que los hombres son muy simples de satisfacer. Sin embargo, esto es una presunción y no hay camino más corto al error, que presumir. Al igual que sucede con las mujeres, no todos los hombres son iguales, cada uno tiene sus manías y sus zonas especiales; lo primero ha de ser siempre, como en todos los casos, una buena comunicación abierta. No temas preguntar si le gusta, no temas decir cómo te gusta. Dejando bien sentado este punto, veamos algunos consejos útiles.

                —Lubricación. Igual que a nosotras nos resultan irritantes y aún dolorosas las caricias en seco, con el pene sucede lo mismo. Asegúrate de tener los labios suaves y la boca húmeda antes de empezar. La vaselina de labios es una buena aliada, y si tienes una botella de la que tomar agua, te será útil.

                —Tanto si la felación es sólo un juego preliminar como si va a consistir en el plato principal, asegúrate de que ambos estáis cómodos. En el porno todo parece muy fácil, pero que te dé un tirón en el cuello, o peor aún, una arcada por una postura forzada, puede acabar con el clima.

                —Juega con el morbo. Siéntale, acomódate entre sus piernas, desvístele lentamente y sólo lo necesario. Cuando desenvuelvas “el paquetito”, échale una mirada golosa. No finjas, no hará falta, sólo tienes que hacerle saber cuánto le deseas.

                —¡Atención a los dientes! Sé que esto es incómodo si tenemos la boca pequeña, pero hagamos un esfuerzo. El borde de los dientes puede ser rasposo, úsalos sólo si tu pareja lo pide, en caso contrario, sólo labios.

                —Tu lengua es tu amiga, y quiere serlo de él también. A veces la dejamos olvidada, cuando es una fuente inagotable de placeres; aletea con ella, mueve su pene dentro de tu boca, saboréalo. Durante el primer rato, úsala para “dibujar” en su miembro, traza lazos y letras, haz espirales y cosquillas… cuando cambies al bombeo, frótale con ella.

                —Sin miedo. A veces da aprensión el meterse algo así en la boca, y pensamos en lo horrible que sería que tocara la campanilla y… Calma. Debemos recordar que la parte feladora es la que tiene el control. Bajemos la cabeza lentamente, aguantando la respiración y comprobaremos que nuestra garganta es más dócil de lo que parece y puede alojar un pene hasta el fondo perfectamente. Si estiras el cuello y procuras que tu garganta quede recta, te asombrarás de lo hondo que llegas -bola extra: si cuando estés en el fondo pruebas a sacar la lengua, le acariciarás los testículos a la vez; muy excitante- y una vez lo hagas un par de veces cogerás seguridad para hacerlo sin aprensiones (Advertencia, hombres: NO agarréis de la nuca y empujéis a traición. Yo también sé eso de “sin arcada no es mamada”, pero creedme: no es agradable. Y si os lleváis una mala contestación, no me echéis a mí la culpa).

                —Usa diversas técnicas: alterna la succión con las lamidas; no uses las manos y fóllale con la boca; mastúrbale mientras mantienes entre tus labios la punta…

                —No te olvides de sus testículos, también ellos tienen ganas de mimitos. Trátalos con cuidado, pueden ser tan sensibles como los pezones, ¡no les des golpecitos! Empieza con juego suave, besos, caricias, y luego cambia a lamidas más intensas y mételos en tu boca. También puedes levantarlos y acariciar suavemente por detrás, justo antes del ano, es una zona muy sensible. Eso sí: antes de jugar con el ano de tu pareja (y más si se te ocurre penetrarlo con un dedo), háblalo o que él te lo pida.

                —¿Tragarlo o no tragarlo? Si estamos con alguien a quien nos une poca confianza, no sólo desaconsejo fervientemente tragarlo, sino que os pediré que uséis preservativo durante todo el proceso. Si estamos con un compañero de juegos a quien nos une ya una relación, tragarlo es algo opcional. Hay hombres a quienes les gusta mucho, hombres a quienes no, y hombres a quienes les da igual. Para muchos representa entrega, o simplemente el placer aumentado de que nadie les haga salir justo en lo más agradable. Si lo haces, recuerda lo siguiente:

                     1. El semen sabe amargo. Y es mentira eso de que amarga menos si antes él se bebe un zumo o toma dulces, ni tampoco funciona lo de que sabe mejor en veganos; nunca va a ser ambrosía. Lo mejor es tragarlo rápido.

                      2. Mastícate la lengua y muévela con fuerza para hacer saliva, así pasarás antes el sabor.

                      3. En casos extremos, ten preparados caramelos de menta.

                   4. Si está sentado o tumbado y tú estás sobre él, recuerda que la gravedad es tu amiga; separa los labios sin sacarle de tu boca, y deja que el semen resbale. En todos los casos, tragar el semen no es ningún drama ni algo asqueroso. Sólo es algo que no sabe bien, pero que puedes hacer si a tu pareja le agrada, o puedes elegir no hacerlo si no te agrada a ti.


                Hasta aquí, y de momento, los consejos para llevar a cabo una buena felación, ¿tenéis algún consejo más para añadir? ¿Alguna pregunta? Déjamela en comentarios, prometo contestar todos.



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