Endiosados por el cine y la publicidad, díganse pechos, senos, tetas, mamellas, melones, aldabas, etc., forman parte de la esencia femeni...

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Endiosados por el cine y la publicidad, díganse pechos, senos, tetas, mamellas, melones, aldabas, etc., forman parte de la esencia femenina y aunque su fin primordial es el de amamantar a los bebés de nuestra especie, nadie puede negar su importancia en los encuentros sexuales de todo tipo.

"Tócame". No hay invitación mejor. 


                Los pechos femeninos, últimamente motivo de escándalo y persecución en las redes sociales y la televisión, tienen un gran peso en la seducción, la excitación y el sexo en general. Son una fuente de placeres recíprocos, pero -como todo en el sexo- requieren una cierta habilidad de trato para obtener de ellos todo lo bueno. Como ya vimos en el cunnilingus y la felación, vamos a tratar algunos consejos para ello.

                —Primero y principal: ¿son del tamaño adecuado? La respuesta siempre es SÍ. Tanto si usas una 85 como una 120, tu talla es perfecta; si alguna vez vuestra pareja os pregunta si sus tetas son pequeñas, decidle siempre que no, que son ideales. Y no, esto no es mentir. Es cuidar la autoestima del otro y fortalecer la relación. Con frecuencia decimos a nuestra pareja que es la persona más guapa del mundo y, objetivamente, sabemos que no lo es, pero se lo decimos porque para nosotros, en nuestro pequeño mundo, sí que lo es. Esto es lo mismo.

                —¡Atentos a la sensibilidad! Algunas mujeres tienen los pechos muy sensibles, en especial los días previos a la regla o durante la misma. Un apretón inoportuno puede ser muy doloroso y contestarse con un exabrupto. Antes de apretar, siempre acaricia primero.

                —In crescendo. Empieza acariciando, sí, pero aumenta la intensidad después. Igual que es un error pensar que un apretón tocabocinas de buenas a primeras va a volvernos locas de placer, también lo es pensar que somos de cristal y tienes que acariciarnos con una pluma. Conforme aumenta la temperatura, ve aumentando también la intensidad de las caricias.

                —Los pezones. Al igual que sucede con los pechos, no pegues un pellizco retorcido para empezar. Piensa que te los acaban de presentar, ¿cómo saludas a una persona que acaban de presentarte? Con dos besitos. Pues aquí haz lo mismo, inclínate y bésalos. Lámelos suavemente y, cuando se pongan duros, succiona con algo más de intensidad. Si tu chica gime o te abraza por la nuca, no te retires; usa tu boca en uno, acaricia y pellizca el otro, y ve alternando. Bola extra: si tienes bigote o barba, no dudes en restregarte contra ellos, es muy excitante.

                —No tengas prisa. En el sexo siempre es mejor saborear que tragar sin masticar, así que dedica un buen rato a lamer, pellizcar y besar. Juega con tus dedos. Pellizca con el pulgar y el corazón y rasca con el índice, hunde tu cara entre sus pechos y abofetéate con ellos, tira de los pezones con suavidad y luego algo más fuerte, amasa… juega, juega y juega.

                —Juegos con comida. Es algo que hemos visto a menudo en el cine y la literatura erótica, y allí parece muy sencillo y excitante, y lo es, pero debemos recordar algunas cosas.

1.Hacedlo sobre una superficie que no importe que se manche. La nata, la leche condensada, la miel… TODO VA A GOTEAR. Y si justo ese día has cambiado las sábanas, te va a hacer una gracia loca.

2.Cuidado con las temperaturas. Los pezones son sensibles, el chocolate que parece caliente en tu lengua, allí puede abrasar.

3.Ten preparadas toallitas húmedas y daos una pasada antes de relajaros o dormiros. Por mucha pereza que dé, siempre será mejor que despertar y descubrir que la sábana se te ha pegado a los pezones.

4.No necesitas usar comida. Si no tienes nada a mano o si no quieres tomar cosas dulces, usa cubitos de hielo (ahora que llega el calor, es muy recomendable). El contraste del frío del hielo y el calor de las caricias o los besos es muy agradable.

                —¿Se puede llegar al orgasmo sólo con caricias en los pechos? Sí, se puede, no es ningún mito. Pero no juguéis con ese fin en la mente, porque es la mejor manera de no conseguirlo y frustrarse. Jugad por jugar, por disfrutar y pasar juntos un rato agradable, por gozar el uno del otro. Si sucede, estupendo. Si no, también estupendo, porque habréis pasado un rato delicioso que sin duda os habrá gustado muchísimo a ambos.

                —Los hombres también tienen pezones. A algunos les da repelús que se los toquen o los tienen tan sensibles que es preciso manipularlos con cuidado para no causar dolor, pero en la mayoría de los casos también es muy grato para ellos recibir caricias en los mismos, así que no debemos olvidar una zona tan erógena en nuestros compañeros. El tratamiento a darles debe ser similar: suave primero y aumentando la intensidad conforme aumente la excitación y la respuesta de nuestro compañero.

                De momento, esto es todo sobre tetas femeninas y masculinas. ¿Tenéis alguna duda? ¿Os gusta alguna caricia en particular para vuestros pezones? ¡Déjamelo en comentarios!


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