El orgasmo: probablemente, una de las sensaciones más extraordinarias que puede experimentar un ser humano. Un puñado de segundos cuya intensidad y grandeza sobrepasan nuestra capacidad de expresión, pero ¿qué sucede cuando no viene en solitario, sino en pelotón? Es el orgasmo múltiple, y hoy vamos a descubrirlo.

                Para entender el orgasmo, es necesario primero entender el placer sexual, o la excitación. Esta crece paulatinamente durante la relación íntima, desde la excitación que produce la humedad o la erección, hasta un estado de placer constante llamado “la meseta”, en el que la estimulación produce un intenso bienestar y, si aquella continúa a la velocidad y en las zonas adecuadas, se produce el orgasmo. Tras el orgasmo, experimentamos una gran relajación y sueño, nuestro sexo parece saciado y tardaremos un tiempo variable (minutos en algunos casos, hasta una hora en otros, pero generalmente el tiempo es más dilatado en mujeres) en volver a sentir excitación sexual. Eso es lo que sucede si, llegado el orgasmo, detenemos la estimulación. ¿Y si no la detenemos? Entonces puede llegar nuestro protagonista, el orgasmo múltiple.

                Durante los segundos que dura el orgasmo, el clítoris se encuentra en su máxima sensibilidad, con lo que las caricias en él pueden resultar irritantes y aún dolorosas, pero si se practican con suavidad, bajando el ritmo ligeramente para volver a subirlo apenas nuestra pareja pueda aguantarlo, también nos gratificará con un placer muy intenso, y un nuevo orgasmo, al que pueden sumarse muchos otros si continuamos en ese “pico” de estimulación. Naturalmente, se trata de una sensación muy agradable, pero también nos deja agotadas y puede causarnos irritación o dolor posterior. Si tu pareja te pide que bajes el ritmo o pares, hazlo.

                ¿Todas las mujeres son multiorgásmicas? Sí. No es ningún mito. Ahora, igual que hay mujeres a quienes les cuesta más que otras alcanzar el placer, hay mujeres que experimentan la multiorgasmia y mujeres que no. El que no lo logremos, no tiene nada de malo ni hace que nuestras relaciones íntimas valgan menos. No es nada de lo que debamos culparnos, ni tampoco culpar a nuestra pareja.

                ¿Cómo he de hacer para alcanzar orgasmos múltiples? Es algo relativamente sencillo, pero precisa de un gran conocimiento de nuestro cuerpo y nuestros propios gustos, y también de comunicación con nuestra pareja, así como un grado de colaboración de ella. Si nuestra pareja persiste es hacerlo deprisa y corriendo y cree que cuando ella termina, ya ha acabado todo el mundo, será difícil intentarlo, y es preciso que primero aumentemos nuestra comunicación; las cosas se resuelven hablando.

                La mejor manera de descubrir la multiorgasmia es la misma que para descubrir nuestra sexualidad y placer: a solas. Durante una sesión de masturbación en la que tengamos todo el tiempo del mundo y no tengamos que ocuparnos de nada salvo de nosotras mismas. Debes tener presente que no suele ser algo que suceda la primera vez que lo intentas, sino que exige un poco de práctica; es posible que las primeras veces que intentes continuar acariciándote tras el orgasmo la sensación te produzca quemazón y no le encuentres el gusto. Sin prisa, sin exigencias. Esto no es un concurso. Debes hacer lo que te guste a ti, tu opinión es la única que cuenta. Varía el ritmo, redúcelo, prueba con otro tipo de caricias o estimulación… explora. Juega.

                ¿Y si aún así no lo consigo? No importa. En serio, no importa. Puedes seguir intentándolo si te place o puedes quedarte en el orgasmo único, que está sensacional y es suficientemente bueno de por sí sin añadidos. Lo que debes tener presente es que no hay ninguna fórmula mágica para alcanzar el orgasmo múltiple, así que no debes frustrarte si alguien te dice “oh, es que tienes que tocarte los pezones con una mano… tienes que hacerlo con el chorro de la ducha… tienes que meterte algo… tienes que levantar las piernas, hacer el pino-puente y recitar algo de Bécquer”, y no lo consigas tampoco siguiendo esos consejos. Tú eres la única que sabes lo que te gusta, y la única que puede descubrir tus propios detonadores.

                ¿Y si lo único que siento es dolor? Para. Enseguida. Las caricias cuando acabas de tener un orgasmo pueden resultar irritantes, hacerte brincar, “queman” un poco, pero no deben causar dolor; nunca sigas estimulándote, ni dejes que te lo hagan si sientes dolor.

                ¿Es a causa mía si mi pareja no es multiorgásmica? Por norma general, no. El orgasmo es una respuesta personal a la estimulación y, salvo que seas una persona absolutamente egoísta en el sexo, no es culpa tuya -ni de ella- que no alcance ese tipo de clímax. La primera norma en el sexo es NO OBSESIONARSE CON EL ORGASMO. Ese delicioso momento cumbre se alcanza precisamente cuando nuestro cerebro se queda en blanco, centrado sólo en el placer; si lo llenamos de ansiedades, de metas inalcanzables y de obsesiones, no conseguiremos disfrutar jamás. Si quieres que tu pareja goce, habla con ella, juega con ella, deja que te lleve la mano, hazle caso cuando te pide… pero no te cargues de nerviosismo ni te tortures pensando que tienes que ser lo mejor de lo mejor para ella.

                El orgasmo múltiple es una sensación maravillosa, única. Algo que una debería experimentar al menos una vez, y que cada mujer siente a su particular manera. Para algunas, el primer orgasmo el mejor y los demás son cada vez menos intensos; otras experimentan orgasmos de intensidad creciente hasta aquél que las deja completamente satisfechas; otras gozan de orgasmos distintos en sus diversas zonas erógenas… pero, independientemente del número o la ubicación, todas disfrutamos del orgasmo y podemos hacerlo de la multiorgasmia también.

                ¿Alguna de vosotras es multiorgásmica? ¿Tenéis alguna otra duda? ¡Dejádmelo en comentarios!